Fue, en la historia económica, la forma de intercambio más antigua. Consistió en el canje directo entre bienes y productos. Esto ocurrió durante un largo espacio de la historia humana, antes de la invención del dinero.
En la primitiva economía de trueque no existió la noción del precio. Las cosas tuvieron relación de valor con otras pero no precio. Un saco de trigo equivalía a determinada cantidad de tejidos. Una pierna de cerdo se cambiaba por tantas unidades de tubérculos. Este era el trueque. El precio vino después, cuando se inventó el <dinero como medida del valor e instrumento de cambio, y desde entonces está ligado inseparablemente a la economía monetaria.
Por consiguiente, el trueque era el sistema de canje de las sociedades primitivas que carecían de una medida común del valor para el intercambio de sus productos.
El principal obstáculo del trueque fue la necesidad de una doble coincidencia: que una persona ofrezca una cosa que a otra le interese y que ésta, a su vez, esté dispuesta a entregar la que aquélla requiera.
El trueque no ha desaparecido totalmente. Aún se lo utiliza ocasionalmente en el intercambio individual y, con mayor frecuencia, en las transacciones internacionales. Cuando los países del <tercer mundo tienen superávit de productos primarios y sufren escasez de divisas, arreglan acuerdos bilaterales de comercio para intercambiar sus excedentes con otros países que estén en la misma circunstancia o con los proveedores de bienes manufacturados. Los intermediarios, sean bancos o corredores, se encargan de aproximar a los países. Buscan vendedores de bienes industriales que estén dispuestos a aceptar como pago productos primarios.
Ya por la inflexibilidad de sus sistemas, ya por la escasez de divisas libremente convertibles —el rublo no lo era en Occidente— durante cuatro décadas los miembros del COMECON (Consejo de Ayuda Económica Mutua, fundado en 1949 por ocho países comunistas) acudieron al trueque en forma preferente para intercambiar sus productos.
A pesar de que la economía de cambio y el uso del dinero se han vuelto universales, el trueque —que fue la técnica más antigua de los negocios— no ha desaparecido del todo y menos en el campo internacional.