Desde la perspectiva sociológica, se puede considerar que la sociedad humana es la simple suma de individuos, vale decir, la yuxtaposición de unidades humanas sobre un lugar determinado, reunidas allí por acción de leyes físicas; o un ente colectivo con vida propia, distinto de las partes que lo integran, cada una de las cuales, cumpliendo funciones diferentes, concurre a mantener la vida del todo, que se rige por leyes especiales.
La primera concepción es la mecanicista, la segunda la organicista.
El mecanicismo sostiene que la sociedad es la simple suma de individuos agrupados por presión exterior de fuerzas físicas y que, en consecuencia, las leyes que rigen la vida y conservación de los individuos son suficientes para explicar la vida y conservación del conglomerado social.
Partiendo del principio de que las leyes que gobiernan la materia en todos sus estados son aplicables al comportamiento social, la teoría mecanicista interpreta los fenómenos de la sociedad con la perspectiva de las ciencias físicas, químicas y mecánicas. Para ella los fenómenos sociales no son algo específicamente diferente de la materia inanimada sino meras manifestaciones suyas, sometidas por tanto a los mismos principios y leyes.
Bajo tales supuestos, la escuela mecanicista no sólo compara los procesos sociales con los mecanismos físicos, sino que transfiere los principios de la mecánica al campo social y explica por este medio el acontecer de los grupos humanos.
La interpretación mecanicista de la sociedad alcanza, con Voronoff, límites extremos. Para el sociólogo ruso, la asociación humana y la cooperación social son simples “adición y multiplicación de fuerzas”; la guerra y la lucha social, “sustracción de fuerzas”; la organización social, un “equilibrio de fuerzas”; la decadencia de los pueblos, “desintegración de fuerzas”; y así, por este orden, todos los fenómenos de la sociedad encuentran estrecha correlación con los del mundo de la materia.
En contraposición con este punto de vista, surgió el >organicismo, sostenido principalmente por la sociología bio-analógica, que afirma que la sociedad es un organismo supraindividual, que obedece a leyes sociológicas especiales, a pesar de estar integrado por una multitud de unidades humanas.
El mecanicismo y el organicismo son dos puntos de vista distintos respecto de la naturaleza, composición y funcionamiento de la sociedad humana.