Nombre que dio Franklin D. Roosevelt a la política económica que propuso el 2 de julio de 1932 a la Convención del Partido Demócrata y que aplicó en su gobierno después de que fue elegido en 1933 Presidente de Estados Unidos de América.
Esta política, de corte pragmático, se propuso hacer frente a la severa crisis de los años 30 del siglo pasado y planteó, para ello, cierto grado de <intervencionismo estatal, a fin de corregir los defectos y distorsiones del automatismo del mercado.
Había en Estados Unidos una profunda >recesión económica con sus secuelas de 14 millones de desempleados, el descenso drástico de los precios agrícolas, las industrias semiparalizadas y el estancamiento de todas las actividades productivas. Para corregir este orden de cosas, la política del new deal aplicó sistemas de ayuda estatal a los desocupados, programas de obras públicas, creación de puestos de trabajo, alzas salariales, sistemas de protección social, elevación de los precios agrícolas y aumento de la demanda de los consumidores. Los programas del Tennesee Valley Authority y de la construcción de la red nacional de carreteras son de esa época. Las políticas financiera y monetaria se desviaron de la ortodoxia tradicional. Cobró dinamismo la política fiscal y el presidente Roosevelt incluso utilizó el déficit presupuestario como instrumento de lucha contra la crisis.
De esta manera logró revertir la crisis y reactivar la economía norteamericana.
A partir de esa época se incorporó a la tradición gubernativa estadounidense un importante grado de intervención del Estado en el proceso económico de la sociedad. El poder federal asumió mucha fuerza, especialmente en las administraciones demócratas, para orientar la economía.
Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) fue el único presidente de Estados Unidos elegido para cuatro períodos consecutivos en los comicios electorales de 1932, 1936, 1940 y 1944. Murió el 12 de abril de 1945, cuando iniciaba su cuarto mandato presidencial. Sin duda fue el más destacado y progresista de los gobernantes norteamericanos del siglo XX. Reunió en su torno el denominado brain trust (junta o consorcio de cerebros) con base en un grupo de profesores de la Universidad de Columbia que le ayudó a elaborar un programa completo de soluciones para la gran depresión de los años 30.
Ese programa se denominó new deal (nuevo trato) y fue anunciado por Roosevelt en su discurso de aceptación de la candidatura presidencial ante el partido demócrata en 1932, oportunidad en la que ofreció “a new deal for american people”.
Éste fue un programa integrado y global para combatir la crisis depresiva de la economía norteamericana, el desempleo rampante de las masas de trabajadores, el colapso de la bolsa de valores, la quiebra de miles de bancos, la bancarrota de las empresas industriales, el hundimiento de los agricultores —cuyos productos se vendían a precios por debajo del coste de producción—, el éxodo de los trabajadores del campo hacia las ciudades que empezó en los tempranos años 20 y el empobrecimiento de la sociedad norteamericana.
Bajo lineamientos keynesianos, Roosevelt puso en práctica un hondo programa de recuperación de las masas empobrecidas mediante el incremento del gasto público en obras de infraestructura, la creación de fuentes de trabajo, la expedición de leyes de seguridad social, la reglamentación de las relaciones laborales y la aplicación de medidas de contingencia destinadas a ensanchar la demanda agregada y la capacidad de compra de la gente para rehabilitar la economía de abajo hacia arriba.
Fundó la Works Progress Administration con el fin de generar oportunidades de empleo para la masa de trabajadores cesantes estimada entre 15 y 25 millones de personas. Expidió la National Industrial Recovery Act (NIRA) que garantizaba a los trabajadores el derecho de negociar colectivamente las condiciones de trabajo con su patrono, pero esta ley fue considerada inconstitucional e invalidada por el Tribunal Supremo de Justicia, integrado por una mayoría de magistrados conservadores, ante lo cual el presidente Roosevelt promovió la National Labor Relations Act para restaurar el contrato colectivo de trabajo y obligar a los empleadores a que lo respetasen, y la Social Segurity Act que estableció el <Estado de bienestar —welfare state— y creó varias líneas de seguro y de prestaciones sociales: el seguro de cesantía, el seguro de vejez, el seguro de invalidez y el seguro para niños dependientes. Implantó la National Recovery Administration (NRA) con la misión de establecer relaciones armoniosas entre el gobierno, los empresarios y los trabajadores.
A través de la Agricultural Adjustment Administration —que también fue declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo— se propuso impulsar un amplio programa agrario para tonificar la producción del campo, proteger a los agricultores ante la fluctuación de los precios de sus cosechas, introducir controles de producción para equilibrar la oferta y la demanda de productos agrícolas, impulsar la reforestación y conservación de espacios naturales y proporcionar subvenciones para restringir la producción de los bienes agrícolas con superávit.
Mediante la creación del seguro federal de depósitos apuntaló el sistema bancario y financiero sacudido por la desconfianza del público. Estableció la Securities and Exchange Commission, una agencia federal encargada de controlar los mercados financieros. Mediante la Emergency Banking Act estableció normas bancarias rigurosas y mandó inspecciones federales a los bancos para contribuir a restablecer la confianza en las instituciones financieras.
Fundó la Tennessee Valley Authority para planificar el desarrollo de la amplia zona servida por el río Tennessee, acumular agua de riego, controlar las inundaciones, construir presas para generar energía hidroeléctrica, organizar la navegación fluvial y, en general, redimir económicamente una área en ese momento empobrecida.
Estableció un sistema tributario directo que operaba sobre la renta, vigiló los monopolios, abandonó el >patrón oro, devaluó el dólar, controló la oferta monetaria, tomó medidas para proporcionar liquidez a las instituciones bancarias, estableció una estricta regulación de la emisión de valores bursátiles, garantizó la competencia leal entre las empresas y amplió las facultades reguladoras del Estado sobre la economía.
En 1938, durante su segundo período presidencial, Roosevelt endureció su política contra los monopolios, a cuya acción atribuyó una de las causas de la recesión económica. A través del presupuesto del Estado asignó 5 billones de dólares para desarrollar un programa social de fortalecimiento del poder de compra de la gente y estimular la reactivación económica. Nunca antes un gobierno había tomado medidas presupuestarias tan deliberadas y directas para empujar el ciclo económico, ampliar la demanda y superar la recesión. Concomitantemente expidió la Fair Labor Standars Act que fijó el salario mínimo de los trabajadores y limitó la duración de la jornada laboral.
Como era lógico, la política económica y social del presidente Roosevelt —el new deal— recibió la abierta hostilidad de los empresarios y de las fuerzas políticas de la Derecha pero contó con el amplio respaldo de la clase trabajadora, de las minorías excluidas y de la población pobre.
A partir de 1939 la atención del gobierno y de la opinión pública norteamericanos se dirigió principalmente hacia la política exterior y la defensa nacional. El presidente Roosevelt vio con preocupación el expansionismo alemán. Tuvo muy clara la idea, en el curso de la Segunda Guerra Mundial, de que el avance de las tropas nazis hacia Inglaterra, por el un lado, y hacia la Unión Soviética, por el otro, más las conquistas territoriales italianas en África y el despliegue del Japón sobre el Pacífico, amenazaban la seguridad de Estados Unidos. Por eso, rompiendo el <aislacionismo propugnado por amplios sectores del pueblo norteamericano, ordenó la masiva fabricación de pertrechos militares para abastecer a Inglaterra y, después del ataque por sorpresa de los japoneses contra la base naval norteamericana de Pearl Harbor en Hawai el 7 de diciembre de 1941 —que causó la muerte de 2.800 soldados estadounidenses y la destrucción de su flota naval del Pacífico—, la intervención militar directa de su país en la guerra contra las potencias del eje Berlín-Roma-Tokio.