Es, en el campo de la estadística, la pieza maestra para las investigaciones sociales. Consiste en la selección de un grupo de elementos representativos del todo social, a partir de cuyo estudio se pueden obtener informaciones de proyección general. La muestra sirve entonces, por inferencia, para determinar de modo aproximado las características y propiedades de un grupo humano. Se trata de estudiar el todo —la población— a través de una de sus partes —la muestra— dentro de un proceso de inferencia estadística.
La técnica del muestreo no es nueva. En 1895 el estadístico noruego Anders Nicolai Kiaer (1838-1919) estableció las bases de este método de indagación social que más tarde, en los años 30, fue desarrollado por el profesor polaco Jerzy Neyman (1894-1981) y perfeccionado después por los científicos ingleses William S. Gosset (1876-1937) y Ronald A. Fisher (1890-1962) y por el matemático sueco Harald Cramer (1893-1985).
El “tamaño” de la muestra está dado por el número de individuos que la integran. La exactitud de la investigación aumenta con el tamaño de la muestra. La obtención de ésta es más fácil y sus resultados menos riesgosos en las poblaciones homogéneas que en las heterogéneas. En éstas, por consiguiente, el tamaño de la muestra debe ser mayor para que pueda alcanzar grados más altos de representatividad.
La muestra es la pieza clave de la <encuesta. Si no es lo suficientemente representativa, la encuesta entregará resultados sesgados. Por eso es tan importante desarrollar métodos eficientes de selección de la muestra. Por supuesto que la muestra perfecta no existe. Toda muestra entraña un cierto riesgo de infidelidad. Esto resulta inevitable. Pero lo importante es que ese riesgo sea mínimizado de modo que no distorsione los resultados finales y éstos no se aparten del pequeño margen de error previsto.
La muestra es tanto más necesaria para este tipo de investigaciones cuanto que es imposible o muy oneroso obtener información de todos los individuos que integran el grupo de población que se desea estudiar. A esta dificultad se unen consideraciones económicas, logísticas y de tiempo que tornan impensable otra forma de indagación que no sea a través del sistema de muestreo.
En el campo de las ciencias sociales las encuestas sirven para indagar cualquier tema político o socioeconómico. Se las efectúa a través de una entrevista dirigida a cierto número de individuos escogidos por muestreo, cuyas características de edad, sexo, etnia, cultura, nivel educativo, religión, profesión u oficio, lugar de residencia, condiciones socioeconómicas, etc. han sido establecidas previamente de acuerdo con determinados parámetros técnicos, de modo tal que ese grupo de personas constituya una muestra fiel de la estructura demográfica, cultural y socioeconómica de la población que se desea investigar. Generalmente la muestra comprende entre 800 y 1.200 entrevistados. Si ella es eficiente, los datos recogidos servirán para inferir, con un reducido margen de error, el modo de ser y de pensar de la sociedad en su conjunto. La precisión de los resultados es directamente proporcional a la eficiencia de la muestra. Y para ser eficiente ella debe ser representativa, es decir, reflejar fielmente las características del universo social, de modo que sus datos sirvan para una proyección lo más aproximada posible de la realidad.