Del griego monos, que significa “uno”, “solo” o “único”, y krateia, ”poder” o “gobierno”, la monocracia es el poder despótico ejercido por una persona o un solo partido. Todos los gobiernos de >partido único —de corte fascista o marxista— fueron monocracias. Etimológicamente esta palabra tiene un cercano parentesco con <monarquía pero el régimen monárquico se diferencia del monocrático en que quien ejerce el poder es un rey —un monarca— mientras que en la monocracia puede no existir dinastía ni rey y el poder se ejerce por un grupo “monocolor” o un partido.
Todos los regímenes de partido único son monocracias. Los comunistas justificaron su monopartidismo en función de que en la Unión Soviética y sus países satélites no había más que una clase social y que, por consiguiente, no era necesario más que un partido político. La Constitución soviética de 1936, en su artículo 126, declaró que “los ciudadanos más activos y más conscientes del seno de la clase obrera y de las otras capas de trabajadores se agrupan en el Partido Comunista de la URSS, que constituye el destacamento de vanguardia de los trabajadores en su lucha por el afianzamiento y desarrollo del régimen socialista, y que representa el núcleo dirigente de todas las organizaciones de trabajadores, tanto sociales como del Estado”.
Los fascistas cohonestaron su unipartidismo por la necesidad de formar una sólida estructura de masas destinada a difundir la propaganda oficial y a modelar, organizar y canalizar la opinión pública.
En este tipo de monocracias la estructura del partido se confunde con la del Estado, de modo que a cada uno de los planos de la organización estatal corresponde un órgano partidista. El jefe del Estado es, al mismo tiempo, jefe del partido. El primer ministro de los gobiernos comunistas fue siempre el secretario general de su partido. El duce y el führer lo fueron también de los partidos fascistas. Francisco Franco se autonominó “Caudillo de España por la Gracia de Dios” y "Generalísimo de los Ejércitos" y fue además jefe de la Falange. Todos los demás escalones jerárquicos del Estado coincidieron con los del partido, lo cual permitió forjar realmente un poder monocrático en el Estado.
Las palabras monocracia y monocrático, tan usadas en la teoría y praxis políticas, hacen mucha falta en el diccionario castellano.