Este es un concepto desarrollado por los ideólogos marxistas. El modo de producción es el conjunto de relaciones que se establecen entre los factores de la producción durante el proceso de generación de bienes y servicios en el curso de las diversas épocas históricas. En cada una de ellas, de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas productivas y de los avances de la tecnología, se da un modo específico de producción, con sus propias y distintas características. Así, en la sociedad primitiva, con sus rudimentarias tecnologías, se dio un modo de producción colectivista y las cosas pertenecieronn a quien las necesitaba. Después el mejoramiento de los métodos de producción generó excedentes que, al acumularse en manos de unos pocos, produjo el régimen esclavista. La etapa feudal que vino más tarde se fundó en la explotación de la mano de obra servil en los campos y en las relaciones entre maestros y aprendices en los talleres artesanales de las villas y aldeas medievales. La burguesía triunfante en la Revolución Francesa, que extendió sus conquistas por casi toda Europa, estableció el modo de producción capitalista fundado en la explotación de los trabajadores y en la apropiación burguesa de la >plusvalía. En resumen, en cada época histórica se impuso un determinado modo de producción, que primero fue colectivista, después esclavista, más tarde feudal y finalmente capitalista. Los diversos socialismos han pugnado por modificar el modo de producción capitalista y establecer relaciones diferentes entre los factores de la producción: el trabajo, el capital y la tecnología, en el marco de una sociedad más justa y equitativa.
La tesis central del >materialismo histórico, o sea de la matriz filosófico-política del marxismo, es que el modo de producción de los bienes económicos determina la manera de ser de una sociedad. A cada modo de producción de las cosas que el hombre necesita para vivir —alimentos, vestido, herramientas, vivienda, entretenimientos, etc.— corresponde una específica forma de organización social y cada cambio de aquél produce en ésta un cambio correlativo. De esta manera, afirmó Carlos Marx, el molino movido a brazo engendra la sociedad de los señores feudales; el molino de vapor, la sociedad de los capitalistas industriales.
Según la interpretación materialista de la historia, la forma como en cada época los hombres produjeron los bienes y servicios necesarios para su pervivencia determinó siempre el modelo de organización social, que fue primero colectivista, luego esclavista, más tarde feudal y finalmente capitalista. Los marxistas llaman estructura al modo de producción y superestructura a la organización social —con sus leyes, gobierno, tribunales, conceptos políticos y morales, convicciones religiosas— y sostienen que a todo cambio estructural corresponde un cambio superestructural.
Si el modo de producción cambia, si se establecen nuevas relaciones económicas, cambia también la ordenación jurídica, política y social del Estado. Cambian además la manera de pensar, las concepciones jurídicas, las convicciones religiosas y la escala de valores imperante en la sociedad. Esto ocurre en virtud de que, cambiando las causas, cambian sus efectos. Para el materialismo histórico resulta evidente que a cada modo de producir e intercambiar los bienes económicos, es decir, a cada régimen de relaciones de producción, corresponde forzosamente una peculiar forma de pensamiento humano y de vida social.
Sobre los regímenes jurídicos, que son parte de las ideas superestructurales de la sociedad, el marxismo sostiene la tesis de la determinación económica y el carácter de clase del Derecho. Marx y Engels afirmaron que todos los sistemas jurídicos, desde el comienzo de la historia, han sido creados por la clase gobernante para blindar sus intereses económicos y defender su estilo de vida.