Con esta frase, que proviene de una fábula de Esopo, se quiere decir que por ambición desmedida se destruye la fuente de una riqueza. Esopo, esclavo griego que se caracterizó por contar historias de animales con mucha gracia, de las que se desprendían interesantes moralejas, vivió en el siglo VI antes de nuestra era. Sus fábulas fueron coleccionadas en el siglo XIV por un monje bizantino. Las más conocidas son “El perro del hortelano”, “La zorra y las uvas”, “El león y el ratón”, “Las ranas que pedían rey”. Esopo fue el gran antecesor de los fabulistas posteriores, como Florian, La Fontaine, Lessing, Félix M. Samaniego, Tomás de Iriarte y muchos otros.
La fábula de Esopo cuenta que “poseía un hombre una hermosa gallina que ponía huevos de oro. Creyendo que el animal tenía en el viente una masa de oro, la mató y la encontró igual que todas las gallinas. Creyó descubrir la riqueza de una sola vez y se vio privado incluso del pequeño tesoro que tenía”.
De esto desprende Esopo, como moraleja, que debemos contentarnos con lo que tenemos y evitar la codicia insaciable.
La frase “matar la gallina de los huevos de oro” se aplica en la actualidad especialmente en el campo económico para denotar una política miope y de corto plazo que, al explotar los recursos en forma irracional, conduce a destruir la propia fuente de la riqueza.