Es una locución frecuentemente utilizada para designar un motivo de desavenencia, disensión o conflicto entre personas o grupos. Su origen está en la disputa que protagonizaron las tres diosas más bellas de la mitología griega: Hera, Afrodita y Atenea, en el monte Ida donde se celebraban las bodas de Tetis y Peleo y a las que habían sido invitados todos los dioses menos Erida, que era la diosa de la discordia.
Pero ella asistió aunque no fue invitada y arrojó una manzana de oro en la que estaba escrito: “para la más hermosa”. Inmediatamente Zeus nombró juez a Paris, hijo del rey de Troya, para que dirimiera el conflicto. Pero Paris, sobornado por Afrodita con la oferta del amor de Helena de Troya, entregó a ella la manzana en reconocimiento de que era la más bella. Lo cual encendió la furia de Hera y Atenea, quienes se propusieron hacer la guerra y destruir Troya.
A partir de ese episodio de la mitología griega la frase “la manzana de la discordia” se emplea para significar cualquier motivo de disensión o conflicto dentro de la vida política.