Significa, según la Real Academia de la Lengua, “tendencia a adoptar ideas extremas o exageradas, especialmente en política”.
El término, en realidad, tiene un extendido uso y significación políticos para la adopción de metas y ejercicio de propósitos extremos —cercanos al fanatismo— y la toma de actitudes y posturas en la vida pública. Y quien asume estas actitudes intransigentes es el extremista.
Extremoso, según la Academia de la Lengua, es quien “no se modera o no guarda medio en afectos y acciones, sino que declina o da en un extremo”. Y el término se utiliza para calificar a personas, grupos, instituciones, partidos políticos, ideologías o religiones que no se adecúan a la equidad, la justicia social o la paz en la convivencia social.
El extremismo —que puede ir hacia la extrema derecha o hacia la extrema izquierda en el escalafón ideológico, político o económico— no transige con las ideas, planteamientos o sugerencias alternativas que se le ofrecen.