Es el traspaso de la propiedad privada de las empresas productoras de bienes y servicios al dominio del sector público de la economía.
La estatificación conduce a la expropiación de todos o algunos de los instrumentos de producción que están en manos privadas para pasarlos a propiedad del Estado. Lo cual conduce al estatismo. Este fue el proceso que siguió el marxismo a partir de la Revolución de Octubre. Con él se creó un <capitalismo de Estado en el que la tecnoburocracia —que no tardó en convertirse en la nueva clase social dominante— gestionó directamente todos los sectores productivos de la economía.
Este sistema reprodujo algunas de las aberraciones del capitalismo clásico, si bien no en beneficio de los empresarios privados sino de la tecnoburocracia dominante: el control de los medios de producción por un pequeño grupo, la acumulación del capital con base en bajos salarios y consumo insuficiente de la población, la supresión de los derechos laborales, largas jornadas de labor, explotación de la fuerza de trabajo, apropiación estatal de la plusvalía arrancada al obrero y deficientes condiciones de vida de los trabajadores.
El >trotskismo fue, a finales de la década de los años 30 del siglo anterior, la rama del marxismo que más fuertemente señaló al sistema soviético como un “capitalismo burocrático de Estado”.
A partir de la estatificación son el gobierno y sus empresas los que producen y venden todos los bienes y servicios que consume la sociedad. Ellos asumen el monopolio de la actividad económica. Prestan todos los servicios públicos y manejan en exclusividad las operaciones financieras, agrícolas, mineras, industriales, comerciales y de servicios, si bien para el desarrollo de ciertas actividades el Estado forma empresas que se manejan con cierto grado de descentralización administrativa. Por lo que el sistema de los precios no es el resultado de las tensiones del mercado sino de actos decisorios de la autoridad.
De este modo asume el Estado directamente el ejercicio de las actividades primarias, secundarias y terciarias de la economía.
Para la concepción capitalista de la economía, fundada en la propiedad privada de los instrumentos de producción, la estatificación es una suplantación puesto que la naturaleza de las cosas manda que el manejo de la economía y de la producción debe estar bajo el dominio privado y debe ser conducido por la >mano invisible de las fuerzas del mercado.
Para los marxistas, la estatificación es el medio —el único medio idóneo— para suprimir las clases sociales y formar la sociedad de hombres iguales. Los teóricos marxistas sostienen que, al socializar los medios de producción y de intercambio, esto es, transferirlos de las manos particulares a las de la sociedad, se eliminarán las clases sociales puesto que ellas existen como consecuencia de la apropiación privada de los instrumentos de creación de riqueza. Y la desaparición de las clases sociales volverá innecesario el Estado, dado que, habiendo éste surgido en el momento en que la sociedad se escindió en clases antagónicas, sólo sirve para resguardar los intereses económicos de la clase dominante.
Por consiguiente, cuando por el cambio del modo de producción se eliminen las clases sociales y se las reemplace por una asociación libre y voluntaria de productores, el Estado llegará a ser innecesario eirá a parar al museo de antigüedades, junto al torno de hilar y al hacha de bronce, según dijo Federico Engels (1820-1895).
Para los partidarios del sistema de <economía mixta, en cambio, la estatificación es un error fundamental en el manejo del proceso de la producción, porque ocasiona no solamente una pérdida general de dinamismo de la economía en su conjunto sino también la merma de la calidad y cantidad de los bienes producidos. La prueba de esta afirmación se encuentra en el colapso del bloque marxista en los años 80 del siglo pasado, cuyo retraso tecnológico fue cada día mayor y cuyos productos terminaron por perder toda competitividad en el mercado internacional.