Probablemente viene del latín scalaris, que significa escalar. Es un término militar muy antiguo que denota la acción de trepar los muros de una ciudad, un castillo, un alcázar o una fortaleza mediante el uso de escalas, es decir, de escaleras de mano hechas de madera y cuerdas. Posteriormente, dentro del mismo ámbito de la táctica militar, su significación se extendió al asalto a una posición fortificada enemiga o también a la prevención al adversario para que se retire del combate bajo la amenaza de incrementar drásticamente el poder de fuego.
Por extensión, se emplea esta palabra en la vida política para designar el brusco aumento de un factor social de carácter negativo, sean precios, gastos, violencia, delincuencia o armamentos. Se habla de escalada de violencia o de escalada de precios para significar el crecimiento, en progresión geométrica, de las acciones agresivas o del nivel general de precios.