Es el coeficiente obligatorio de depósitos en efectivo que, con respecto al total de los recursos que manejan, deben mantener los bancos comerciales o de desarrollo en el <banco central o banco emisor del Estado para asegurar su solvencia ante el público y para evitar la excesiva liquidez de la economía a causa del crecimiento desproporcionado de la masa monetaria.
Ese coeficiente mínimo es señalado por la autoridad monetaria a través de la ponderación de los tres principios fundamentales de la actividad bancaria: liquidez, seguridad y rendimiento, y de acuerdo con la política monetaria definida por el gobierno, ya que el encaje bancario sirve también como instrumento para regular la >liquidez de la economía.
El Estado, a través de sus políticas monetaria y crediticia, debe procurar que no se produzca en la economía un exceso de medios de pago sobre las necesidades ni tampoco una insuficiencia de ellos, porque eso generaría presiones inflacionarias, en el primer caso, o recesivas en el segundo. Para lo cual la autoridad monetaria cuenta con el manejo del tipo de interés, los tipos de descuento y redescuento, el encaje bancario y el control general de los créditos, como instrumentos de política crediticia.
Fue el economista inglés John Maynard Keynes (1883-1946) quien estableció las relaciones funcionales que existen entre la demanda de dinero y la política de crédito vigente en una sociedad. Esa relación establece, entre otras cosas, que a menor tasa de interés corresponde mayor demanda de dinero, y viceversa.
El encaje bancario, que es parte primordial de la política crediticia, juega un papel de relevante importancia en la regulación de la masa monetaria dentro de una economía, porque mientras mayores sean los depósitos forzosos que la <banca esté obligada a entregar al instituto emisor tanto menor será la cantidad de recursos de que disponga para otorgar créditos y, por consecuencia, su posibilidad de emisión secundaria de dinero será menor.
Es un hecho establecido que los bancos privados son creadores indirectos o secundarios de moneda. La utilización que ellos hacen de los recursos depositados por los clientes en el otorgamiento de créditos a favor de otras personas entraña una verdadera “creación” de dinero, puesto que esos créditos multiplican el empleo de la unidad monetaria y abren nuevos depósitos bancarios, que vuelven a ser utilizados.
Esto significa que la operación de los bancos tiene un efecto multiplicador muy importante sobre el cúmulo de medios de pago que emite el banco central. Lo cual obliga al Estado a tomar medidas de control para que la expansión del dinero circulante no vaya más allá de lo deseado. A este fin responde el encaje bancario además de asegurar la solvencia de la banca privada.
En este sentido, el encaje bancario, cuyo coeficiente debe ser señalado por la autoridad monetaria con vistas a las demandas de medios de pago de la sociedad y a la ponderación de las necesidades de la economía, cumple la doble función de regular la liquidez monetaria de conformidad con la política económica que haya definido el gobierno y de asegurar la solvencia de los bancos ante sus depositantes.