Bajo la hipótesis de que en una sociedad políticamente organizada alguien tiene que mandar, se suscita de inmediato la cuestión de quién debe hacerlo legítimamente. No puede una sociedad pasarse sin mando, pero al mismo tiempo no debe ejercerlo sino quien tenga derecho para ello.
En las sociedades democráticas tal derecho emana de la voluntad mayoritaria de sus miembros.
Como consecuencia de esto surge la necesidad de crear un método adecuado para identificar y recoger esa voluntad, que se manifiesta respecto a quién debe desempeñar las funciones de mando social. Tal método es el electoral, que consiste en la designación de los gobernantes por los gobernados, mediante la consignación de votos que expresan sus preferencias volitivas.
De este modo mandará quien tenga derecho para hacerlo. El que mande al margen de ese derecho obrará como usurpador, por más que esté en posesión de los medios para poder hacerlo con eficacia.
La función electoral es la forma más generalizada del sufragio. Consiste en la designación por los ciudadanos de las personas que deben asumir el manejo de los órganos electivos del Estado. Designación que se realiza periódicamente, mediante la emisión de votos, y en la que participan los miembros del cuerpo electoral, que es el conjunto de ciudadanos con derechos políticos.
Para que las elecciones puedan ser libres y cumplir su propósito de explicitar la voluntad popular es indispensable que la administración electoral sea eficiente, independiente e imparcial. A ella le compete: a) organizar el proceso electoral y los escrutinios, y b) juzgar y resolver los casos de impugnación y controversia que se susciten en torno a las elecciones. Por consiguiente, la administración electoral debe contar con un aparato de organización y otro de jurisdicción. Ambos deben ser totalmente independientes del gobierno y de los partidos.
La administración electoral comprende varias fases complicadas: convocar a elecciones, empadronar o censar a los electores, calificar los requisitos de elegibilidad de los candidatos, regular la propaganda y eventualmente limitar el gasto electoral, supervisar las elecciones, velar por la seguridad de las urnas, garantizar la libertad del sufragio, recoger los votos, contabilizarlos, imponer sanciones a los infractores de la ley electoral, atender y resolver las reclamaciones que se presenten, hacer los escrutinios, proclamar los resultados y adjudicar los escaños en las elecciones pluripersonales.
Existen diversas modalidades electorales: >elecciones directas e indirectas, >elecciones universales y restringidas, >elecciones obligatorias y voluntarias, >elecciones corporativas e individuales.