Locución que suelen usar ciertos economistas, por imitación de la expresión norteamericana ”bottle-neck”, para significar el estrangulamiento de la economía en alguno de sus tramos, de modo que ella no puede funcionar en su conjunto y plenamente por la debilidad de una de sus partes.
Generalmente se usa esta expresión para denotar la insuficiencia de un factor de producción —energía, materias primas, bienes de capital, productos semielaborados, recursos humanos, mano de obra— con relación a la demanda. Se produce entonces un estrangulamiento por la inadaptación coyuntural o estructural de un factor de producción a la demanda que se expresa en el mercado, para corregir el cual se necesitan medidas ocasionales, si aquel es coyuntural, o medidas de largo alcance, si se trata de un problema estructural.
El símil que se ha establecido —que probablemente viene de la ingeniería hidráulica— es el de una botella, en la cual la capacidad de desalojo del líquido, independientemente del volumen de su vientre, está dada por la anchura de su cuello. De la misma manera, en la economía de un país, no obstante la expansión de sus elementos fundamentales, su capacidad de operación se verá restringida por la sofocación de alguno o algunos de sus conductos. Es allí cuando los economistas suelen decir, con una expresión tan poco elegante como original, que la economía sufre un “cuello de botella” que impide su crecimiento.