Palabra con la que se designa, en el ámbito de la economía capitalista, una nueva forma de concentración de empresas con actividades diversificadas, que generalmente no son complementarias entre sí pero que se fusionan para formar un solo gran complejo financiero, industrial o comercial.
El propósito del conglomerado es hacer de todo en todas partes.
En Estados Unidos, bordeando las leyes antimonopolistas, se han producido muchos casos de concentración horizontal de empresas. La International Telephone and Telegraph (ITT) es un ejemplo de esta clase de operaciones. A sus actividades tradicionales en el campo de la telecomunicaciones, el grupo agregó, a través de la compra de empresas, una cadena de hoteles, una compañía de alquiler de automóviles y compañías de construcción de edificios.
El conglomerado persigue objetivos financieros: mayor rentabilidad de sus capitales a través de actividades diversificadas, de menores costes de administración —management y marketing—, de la aplicación de técnicas conjuntas de gestión, intercambio de tecnología a precios especiales, prestación de servicios recíprocos entre las distintas unidades productivas, más eficiente utilización de sus recursos financieros disponibles y otras operaciones que le permiten maximizar sus beneficios.
Como resultado de esta concentración horizontal de empresas se forman los llamados “grupos” económicos y financieros que operan dentro de los países de economía capitalista y que buscan controlar cada vez áreas más extensas de la producción.