Es un término eclesiástico que viene del latín conciliabulum. Significa concilio convocado por autoridad ilegítima. La historia de la Iglesia Católica está plagada de conciliábulos, como el que eligió papa el 8 de abril de 1378 a Bartolomé Prignano, arzobispo de Bari, con el nombre de Urbano VI, según el criterio de los cardenales que impugnaron esa elección, que dio inicio al gran Cisma de Occidente.
De origen eclesiástico, esta palabra ha pasado al campo político. Allí se habla de conciliábulo para señalar una ilegítima reunión de políticos para tratar en secreto algo que se quiere mantener oculto. >cónclave