Es la tendencia a esquematizar una ideología o una tesis política en perjuicio de su profundidad, matices y complejidades. La palabra viene de cartel, que es una pieza de papel, tela u otro material en la que, con figuras e inscripciones trazadas a grandes rasgos, se hacen anuncios o propaganda.
En 1866 el francés Jules Chéret confeccionó los primeros carteles litográficos en su propio taller de impresión. Eran anuncios integrados por palabras y representaciones gráficas, a grandes trazos y con pocos elementos, que se pegaban en los muros para promocionar libros, funciones de la ópera o presentaciones de teatro. Algunos de ellos eran tan bien hechos que alguien dijo que constituían una “galería de arte en la calle”. Después se generalizó el uso del cartel y éste sirvió para anunciar películas, actos deportivos, reuniones políticas, convocaciones obreras y, en general, mercancías y servicios.
Cartelismo es por tanto la reducción de una doctrina política a un esquema muy rudimentario, que generalmente se hace con propósitos de >propaganda. Es la ideología expuesta como propaganda, con los trazos simplistas de lo propagandístico. Algunos marxistas incurrieron en esta práctica. Esquematizaron su ideología en pocas frases o consignas de impacto. E hicieron del marxismo una ideología de cartel.
Tendencia a esquematizar una ideología o una tesis política en perjuicio de su profundidad, matices y complejidades. Es también el arte u oficio de los “cartelistas”, o sea de quienes tienen por oficio diseñar o pintar carteles, es decir, láminas o piezas de papel, tela u otros materiales para exhibir inscripciones o figuras con propósitos variados.