En sociedades inmaduras y desintegradas no existen verdaderas >clases sociales, o sea grupos distintos dentro de la sociedad global en función del rol que desempeñan en el sistema de producción, de su relación con los instrumentos productivos y de la proporción en que reciben los excedentes. Lo que hay son capas sociales heterogéneas, agrietadas y con frecuencia inconsistentes. La tendencia al fraccionamiento de los estratos sociales ha producido una multiplicidad de segmentos, cada uno de los cuales tiene, aunque en forma no muy clara y definida, sus propios y distintos intereses económicos.
Este es un tema que se discute mucho. Los pensadores y políticos marxistas, que siguen al pie de la letra sus sagradas escrituras, se empeñan en ver clases allí donde sólo hay capas sociales. No existe un proletariado en el sentido industrialista de la palabra, sino una multiplicidad de capas incoherentes. En las capas medias tampoco hay homogeneidad y, por tanto, las respuestas de los distintos segmentos a los hechos políticos y económicos del Estado suelen ser diferentes. Las capas medias altas, por lo demás, sólo sueñan en insertarse en las capas dominantes e imitar sus sofisticados estilos de vida. Pero éstas tampoco tienen consistencia. Carecen de una clara conciencia política de clase. Ni siquiera la tienen los grupos de altos ingresos que, por su posibilidad de acceso a la cultura y a la información, pudieran tenerla.
Y la situación se complica, en algunos de esos países —los que tienen altos porcentajes de componente indio o negro— porque la raza dobla o triza las capas sociales, de modo que la diversificación resulta aun mayor.
El error en el diagnóstico está en pretender aplicar los conceptos, esquemas y categorías de los sociólogos norteamericanos, europeos o soviéticos a realidades sociales que les son completamente extrañas.
Por supuesto que no niego la lucha entre las diversas capas sociales con intereses contrapuestos —lucha sorda unas veces, abierta otras, evidente siempre— ni el hecho de que los grupos hegemónicos suelen utilizar el aparato estatal en su propio beneficio, sino que rehúso hablar de “clases sociales” en un medio en que ellas no han logrado plasmarse ni adquirir fisonomía propia.
En todo caso, las clases sociales en los países homogéneos y las capas sociales en los heterogéneos son la expresión de las desigualdades económicas y sociales que en ellos imperan, resultantes de un largo proceso histórico. Con frecuencia la discriminación étnica y religiosa juega un papel importante en la trización de las sociedades y se inserta en la división de los estratos sociales. La raza india o la negra, en algunos lugares, forma parte de las clases o capas sometidas.