Es una vieja expresión para señalar que sobre una persona se descarga injustamente la culpabilidad total de algo. La locución se originó en la batalla de Lepanto, en que los soldados españoles, cuando agotaron las municiones, utilizaron las propias cabezas de los turcos como proyectiles de sus cañones y pedreros.
La célebre batalla naval de Lepanto se realizó el 7 de octubre de 1571 y en ella se enfrentaron las escuadras aliadas de España, Venecia y el Papado, bajo el comando de don Juan de Austria, hijo del emperador Carlos V, contra la escuadra turca conducida por Alí Bajá. Los turcos fueron derrotados. En el abordaje de su navío fue decapitado el propio Alí. En ella perdió la mano izquierda Miguel de Cervantes —autor del célebre libro "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha" (1605)— por lo que se le llamó “el manco de Lepanto”. El combate fue tan encarnizado que dejó 30.000 muertos entre los turcos y 8.000 entre los aliados.
Desde entonces se dice que a alguien se le convierte en ”cabeza de turco” para significar que se le responsabiliza injustamente de algún hecho o que se le hace víctima propiciatoria. Esta expresión tiene un cierto parecido con aquella otra de >“chivo expiatorio” originada en la usanza de los primitivos hebreos que solían entregar como ofrenda el sacrificio de un chivo para aplacar la furia de los dioses.